
Por Luis Martínez Alcántara
Botafogo logró una histórica victoria al derrotar 1-0 al Paris Saint-Germain en el Mundial de Clubes, disputado en el Rose Bowl de Pasadena. El único tanto del partido llegó en el minuto 36, cuando Jefferson Savarino filtró un pase hacia Igor Jesus, quien superó a dos defensores y golpeó el balón que se desvió en Willian Pacho, dejando sin reacción al portero Donnarumma.
A partir de ahí, el club brasileño resistió los embates del PSG con disciplina defensiva. Esta derrota puso fin a la racha de 19 partidos consecutivos con gol del equipo francés, que no anota desde marzo. El equipo aurinegro suma seis puntos y lidera el Grupo B, tras vencer también al Seattle Sounders en su primer partido.
La defensa de Botafogo se mostró compacta y agresiva desde el primer minuto, soportando los intensos ataques del campeón europeo. A pesar de la posesión y dominio del PSG, el equipo brasileño se mantuvo firme y organizado para proteger la ventaja mínima.
El técnico Renato Paiva destacó el esfuerzo colectivo, afirmando que todos defendían y atacaban como un solo bloque, replicando la filosofía de equipo que define al PSG. La derrota demostró que no basta con tener el balón: contar con estrategia y cohesión puede ser suficiente para dar una sorpresa.
El técnico Luis Enrique reconoció la superioridad táctica de Botafogo, señalando que su rival fue “el mejor equipo defensivo” al que se han enfrentado esta temporada. PSG tuvo oportunidades, incluyendo un gol anulado por fuera de juego al minuto 79, pero falló en su eficacia frente al arco contrario.
El francés Desire Doue admitió que la falta de contundencia fue decisiva: “Teníamos muchas chances, ellos dos o tres y anotaron”. Este resultado refleja la gran exigencia del torneo y demuestra que el Mundial de Clubes no admite subestimaciones.
El triunfo de Botafogo tiene profundas implicaciones en el Grupo B: el equipo brasileño lidera con seis puntos, mientras que PSG ahora está obligado a ganar su partido contra el Seattle Sounders para seguir con vida en el torneo. Atlético Madrid también queda presionado en la pelea por avanzar, en un grupo que mostró gran equilibro entre clubes de distintas confederaciones. Con esta actuación, el “Fogão” reafirma el orgullo del fútbol brasileño en el escenario mundial.