Por Monserrat Californias
Después de una década de entrega y liderazgo en el Tottenham Hotspur, Son Heung-Min ha levantado su primer título con el club inglés. El equipo londinense se coronó campeón de la UEFA Europa League 2024-25 tras vencer 1-0 al Manchester United en la final disputada en el estadio San Mamés de Bilbao.
El único gol del encuentro fue obra de Brennan Johnson, quien aprovechó un error defensivo para marcar antes del descanso. Aunque Son no fue titular debido a una lesión en el pie, su presencia como capitán fue fundamental en la celebración de este histórico triunfo para los Spurs.
Este título pone fin a una sequía de 17 años sin trofeos para el Tottenham y representa su primer campeonato europeo desde 1984. La victoria también asegura al equipo un lugar en la próxima edición de la UEFA Champions League, un logro significativo considerando su irregular desempeño en la Premier League esta temporada.
El técnico Ange Postecoglou, en su segundo año al mando, ha cumplido su promesa de llevar al club a la gloria europea, consolidando su proyecto y ganándose la confianza de la afición.
A pesar de la alegría del título, la ceremonia de premiación estuvo marcada por un inconveniente: la UEFA se quedó sin suficientes medallas para todos los jugadores del Tottenham. Entre los afectados estuvieron el propio Son Heung-Min, Cristian Romero y Rodrigo Bentancur, quienes no recibieron su medalla en el acto oficial.
Este campeonato es especialmente significativo para Son Heung-Min, quien había estado cerca de la gloria en ocasiones anteriores, como en la final de la UEFA Champions League 2018-19 y la final de la Carabao Cup 2020-21, ambas perdidas por el Tottenham. Con 431 partidos y 169 goles, Son es el cuarto máximo goleador en la historia del club y ha sido un pilar fundamental desde su llegada en 2015. Su renovación de contrato hasta 2026 refleja el compromiso mutuo entre el jugador y la institución.
El triunfo en la Europa League no solo representa un hito en la carrera de Son, sino que también simboliza la recompensa a su perseverancia y dedicación. Reconocido en múltiples ocasiones como el mejor futbolista asiático, este título con el Tottenham consolida aún más su legado en el fútbol internacional.
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